viernes, 11 de abril de 2014

No hay final de copa para CR7

CR7 se aleja de la final de Copa. Es misión imposible que pueda disputar el Clásico de Mestalla el próximo miércoles. La resonancia a la que se sometió el jugador nada más llegar de Dortmund le cierra totalmente la puerta a su presencia en el esperado duelo. Un jarro de agua fría para CR7 y para el Real Madrid, que debe asimilar que tendrá que jugarse el título sin su gran estrella. "Tras las pruebas realizadas al jugador Cristiano Ronaldo se le ha detectado una lesión muscular en el bíceps femoral izquierdo. Pendiente de evolución", rezaba el parte médico emitido por los servicios médicos del Real Madrid tras la exploración. El comunicado reconoce la lesión del jugador, pero no concreta el diagnóstico ni el tiempo de baja. Por ejemplo, no dice si hay o no rotura. Tampoco el grado de la misma. Esto último resulta clave para estimar el tiempo de baja. Sin tiempo El enigmático parte médico del club dejaba, por tanto, abierta a toda especulación la posibilidad de que Cristiano pudiese disputar o no la final de Copa. Sin embargo, según ha podido saber MARCA, el 7 blanco sufre una rotura fibrilar grado I en el bíceps femoral de la pierna izquierda y está descartado para la final de Copa. El periodo de baja es de 15 días sin posibilidad de milagros en la recuperación. El tratamiento es el que es y el tiempo para la puesta a punto lo mismo. Imposible llegar al Clásico del 16 de abril. Más teniendo en cuenta que el músculo dañado es muy traicionero. Una recaída a estas alturas le supondría a Cristiano romperse del todo y perderse lo que resta de temporada. El portugués se juega mucho en esta recuperación porque no hay margen de error. Se trata del músculo de la velocidad, la principal característica de un jugador que tira de él como nadie. Cristiano encendió las alarmas cuando se sentó sobre el césped del Bernabéu en la ida ante el Dortmund. Todos los focos se centraron en las molestias que arrastraba en el tendón rotuliano de la rodilla izquierda y que le hicieron jugar con una protección especial ante el Sevilla en el Pizjuán. Pero la decisión del jugador de parar es porque al parecer sintió un pequeño pinchazo. De todas formas, la tendinitis en el rotuliano lo que sí suponía era un aviso de una fatiga muscular que se ha transformado en una pequeña rotura del bíceps femoral. A partir de ahí se tomó la decisión de que Cristiano no jugase ante la Real Sociedad, con lo que eso significaba para el Madrid, que se jugaba la Liga en un estadio de máxima dificultad. Tras no viajar a San Sebastián, el jugador sí se desplazó hasta Dortmund tras unos días levantando el pie del acelerador. Pero las alarmas volvieron a encenderse cuando el luso se retiró a las primeras de cambio del entrenamiento previo al choque de vuelta ante el Borussia. Volvió a sentir molestias y se marchó al vestuario. Al día siguiente se quedó en el banquillo y no jugó ni un minuto a pesar de que la situación llegó a ser crítica. De hecho, ni calentó. Al regreso de la expedición a Madrid se confirmó que el jugador estaba roto. Mazazo para Cristiano que, sin embargo, ya se temía lo peor. Su gesto comiéndose las uñas en el Signal Iduna Park cuando volvió a sentir las molestias no hacían presagiar nada bueno. Ahora toca ponerse manos a la obra en la recuperación y mirar a las semifinales de la Champions. Los 15 días de baja que tiene por delante Cristiano para que la rotura cicatrice cuadran más o menos con el tiempo que queda para que el Madrid retome la disputa de la máxima competición continental. Será el momento de hacer una última evaluación para minimizar riesgos porque no hay margen de error. La más mínima recaída resultaría dramática. Son semanas muy importante para el futuro a corto plazo del crack y del Real Madrid.

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